
El concepto de “conciencia existencial” celular no implica que una célula individual pueda producir pensamientos complejos, sino que su interacción con su entorno y con otras células podría describirse como una forma de cognición.
Esta teoría también abre nuevas posibilidades en bioingeniería y medicina. Según Miller, entender a las células como agentes conscientes podría mejorar la regeneración de tejidos y el tratamiento de enfermedades como el cáncer. Por ejemplo, bloquear la comunicación entre células cancerosas podría detener su proliferación sin dañar células sanas, algo que ya se está investigando en inmunoterapia.