Un análisis reciente sobre los cambios genéticos en los cuatro turistas espaciales ha demostrado que sus telómeros, las estructuras que protegen los extremos de sus cromosomas y que se acortan con la edad, se alargaron significativamente en el espacio.

Los resultados del experimento, publicados en Nature, sugieren que el entorno espacial tiene un efecto rápido y profundo sobre el cuerpo humano. En unas pocas horas en órbita, los cuatro tripulantes de Inspiration4 vieron cambios significativos en los marcadores biológicos de su sangre.

Hay un pero. Al regresar a la Tierra, los telómeros se encogieron casi de inmediato, acortándose incluso más de lo que estaban antes de la misión. También sufrieron pérdida ósea y muscular, y un mayor estrés cerebral, que no volvieron a los niveles previos al vuelo hasta pasados seis meses (un poco menos en el caso de las dos mujeres de la misión, Arceneaux y la geóloga Sian Proctor).