¿Quién no se ha hecho una herida en la piel y en cuestión de días ya está reparada? Esto ocurre gracias a que las células cercanas se “desdiferencian” – vuelven a un estado primitivo– se multiplican y rellenan dicha herida.

Nuestros tejidos experimentan una pérdida de células a través del desgaste normal o daños como las heridas, que se contrarresta mediante el reemplazo. Envejecemos en parte debido a un declive gradual de la capacidad natural de nuestros cuerpos para mantener ese equilibrio.

El estudio del desarrollo embrionario brinda una oportunidad única para conocer herramientas de nuestro cuerpo que podemos usar luego a nuestro favor. Porque ese desarrollo consiste precisamente en generar nuevos tejidos y contiene las instrucciones genéticas para hacerlo.