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Vivimos tiempos inconclusos que generan mucha inseguridad,
no hay camino claro ni fecha de caducidad para esta situación incierta e inquietante que se ha generado con la pandemia viral.

Además hay otra epidemia que subyace solapada a este virus y que provoca una enfermedad llamada “Desnutrición Emocional Aguda” con síntomas graves de carencia afectiva por falta de contacto físico y abrazos. Se está extendiendo masivamente y corremos el peligro de que se haga crónica.

Se respira un olor a miedo, a tristeza, a “no sé qué me pasa”,
a vacío existencial que da vértigo… En cierta manera,
al descolocarse todos nuestros referentes, estructuras y pilares, estamos en una especie de pérdida de sentido y de hoja de ruta que nos indique el rumbo a seguir.

Aprender a manejar la incertidumbre es un Arte.

Necesitamos respuestas, salidas, luz y certezas que ahora mismo, el mundo y la sociedad no pueden darnos de una manera clara y precisa. Los estereotipos se están perdiendo, debemos beber de otras fuentes…
Casi, casi estamos viviendo al día sin saber qué va a pasar mañana y tampoco podemos hacer planes.
Eso nos coloca en una posición de AHORA y de encontrar y disfrutar ahí el tiempo de la vida.
¡No hagamos días negros sin salida!

El tiempo de la vida es un Presente continuo : Estoy Viviendo.
Ahí está la dicha, estoy respirando, estoy sintiendo la vida en cada instante porque…la Eternidad es Hoy.
Si nos quedamos en el Condicional hipotético, el Futuro incierto o el Pasado indefinido no estamos viviendo hoy,
sólo especulamos sobre lo que podría, podrá o pudo haber sido la vida, pero sin aterrizar plenamente en ella.
Nos perdemos en la teoría sin pasar a la acción .

¿Cómo adquirir esa confianza inquebrantable, esa fe interior y volver a anclarnos a tierra con arraigo y firmeza en el presente?

– LA MIRADA INTERNA
Estar conectado a uno mismo y reconocerse valioso es fundamental para desarrollar un centro de equilibrio intrínseco que nos sustente y despierte la vida que hay dentro de nosotros.
Eso es Poder.

– LA MIRADA EXTERIOR
Estar conectado a la belleza de la vida mucho más allá de las circunstancias y de las historias que vivimos.
Eso nos dará raíces suficientes para sostener la tormenta actual sin dejarnos arrastrar por ella, pero también nos proporcionará la Fuerza e Ilusión necesarias para saber que podemos salir adelante y reconstruir nuevos caminos.
Eso es Esperanza.

También hacen falta Abrazos
Abrazos que nos den calor, amor y cobijo.
Abrazos que nos sostengan fuerte sin aprisionar.
Abrazos con olor a estoy aquí, no te sientas solo, te acompaño.
Abrazos con sabor a paz y calma que te abriguen el corazón.
Abrazos con aroma de esto pasará pronto, no te preocupes.
Abrazos llenos de sentimiento y que te envuelvan en ternura.
Abrazos cálidos que te abriguen el alma, que te hagan sonreír.
Abrazos acogedores y nutritivos que nos destiñan los miedos.
Abrazos que nos permitan seguir mirando de colores la vida.
Abrazos…

Tal vez un abrazo sea la mejor medicina en estos momentos.

Ya que, ahora mismo, no pueden ser físicos…podemos expresarlos con miradas que abrazan, con sonrisas que iluminan y con las palabras …porque la energía de la intención sincera también mueve montañas…
Y si te dejas acurrucar por esa sensación de bienestar y confort emocional, sientes como un refugio donde dejarte ser tú mismo.

Déjame que te acaricie con mis palabras…
Un Abrazo inmenso de Luz desde el corazón de mi alma repleto de Alegría, Amor y Vida.

 

Dra. Pilar Morán