© Fotografía Pilar Morán

Un día la Vida se asomó a mi Alma
y quiso entrar a visitarla…
La invité a tomar unas sonrisas con café
y ella me mostró lo dulce, difícil, dura, frágil y…
bonita que puede llegar a ser.

Decidí dejar que se instalase adentro
y me obsequió con un precioso Regalo:
Pude sentir más intensamente que nunca
todo el dolor, alegrías, amor, desamor, ilusiones, tristezas…
sin traje de defensa, a la intemperie, sin filtros, ni barreras.

Desde entonces, me reconozco más viva, más plena,
con la serenidad que te da la transparencia,
llorando a veces, intentando reír casi siempre,
sanando las cicatrices, aprendiz de las experiencias…
dejando que esa Fuerza de Vida me inunde entera.

Su profunda huella ha transformado mi Universo interno.
Soy más libre, más auténtica, más vacía y más completa.
Me acompaña, me nutre y le da sentido a la Existencia.
Me hace mirar todo con sabor estimulante de agua fresca.
Me permite brindar por los recuerdos y bailar con ellos…

Y héteme aquí, tras muchas lunas y avatares,
entreabriendo el Alma, deshaciendo el miedo…
Con mis ganas y desganas, desnudándome a lo incierto…
Sintiéndome valiente y vulnerable al mismo tiempo.
Viviendo agradecida por los fugaces momentos eternos.

Dra. Pilar Morán

Una Vida con Alma

por Pilar Morán Viesca | Poemario