El otro día estaba en la consulta con una señora de una cierta edad, (que superaba las 8 décadas dando vueltas al sol) y, con esa sabiduría serena que sólo te da la experiencia, mientras estaba tumbada en la camilla me comenta:

“La vida está rara, estamos todos raros y el ambiente que se respira es raro también…”
Y me pareció la expresión más acertada y precisa para definir este mosaico de sensaciones encontradas que nos embargan y el momento tan confuso e incoherente que estamos viviendo,
tanto a nivel individual como colectivo y global,
Podría parecer que mundo se nos hace angosto, hostil, pequeño…
y “raro”.

Estamos inmersos en un totum revolutum, todo está cambiando muy rápido, asistimos también a un incremento importante de agresividad en las personas, al mismo tiempo que hay mucha tristeza y/o violencia extrema, es un contexto muy desconcertante.
Parece que la vida nos pone a prueba continuamente,
vemos cómo se derrumban nuestros pilares referentes y
ya no nos sirven los estándares habituales.
En definitiva, está siendo una vida espesa, difícil, pesada,
como de “techo bajo”, respiramos una atmósfera densa,
con ambiente enrarecido y sin horizonte claro.

La Vida es Energía en Movimiento
Esta es una de mis frases favoritas y hashtags que me definen
y lo repito con frecuencia, pero lo que ocurre ahora es que el flujo es entrópico, muy desordenado y nos exige un equilibrio adaptativo dinámico y constante.
Son tiempos de transición, de transformación, de establecer un nuevo orden social, de adaptación, de aprender a vivir de otra manera,
dentro del caos, la incertidumbre, la prisa y la adversidad.
Todo va a un ritmo vertiginoso y no sabemos hacia dónde, vivimos con sensación de miedo e impermanencia, como pisando de puntillas…
Nos enfadamos más, estamos más tensos, irritables, susceptibles, cansados, aburridos y sin ilusión, todo “raro” como decía Mary Luz.
Incluso muchas personas han perdido la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas porque parece que todo está en el aire, sin camino ni salida…
Mantener la sonrisa y la actitud positiva en estos tiempos es muy complicado, pero forma parte del juego de la vida que, como toda bella rosa que se precie, tiene espinas.

¿Qué te pide la Vida?
Necesitamos, más que nunca, calma y claridad para poder ver más allá de este túnel negro.

Necesitamos, más que nunca, coraje y voluntad para poder seguir adelante siendo los artesanos de nuestras vidas y no sólo figurantes o marionetas.

Necesitamos, más que nunca, adentrarnos en la frescura de cada momento y para eso hay que tirar mucha “basura mental”, reciclar emociones y traspasar los miedos, las creencias limitantes, los “no puedo”…

Necesitamos, más que nunca, estancias con alma donde la risa sea la música de fondo y así poder crear una coraza de pura alegría a nuestro alrededor que nos proteja…

Necesitamos, más que nunca, un corazón instalado en la vida y una barriga llena de paz y virgen de historias sin digerir.

Necesitamos, más que nunca, mirarnos bonito por dentro y también hacia afuera para sentirnos cómodos en nuestro cuerpo y en la vida.

Necesitamos, más que nunca, vestirnos cada día la piel de ganas y practicar la “slow life”… disfrutando en todo segundo de estar vivos.

Necesitamos, más que nunca, sonreír y abrazar la vida a quemarropa para sostenernos firmes y que no nos arrastre la tormenta.

Así que lo más importante que le podemos dar a la vida es todo aquello que nos hace falta, porque la vida no es más que un reflejo de lo que cada uno lleva adentro y proyecta, por tanto, te devuelve lo que le das (algo así como un boomerang).

Personalmente aspiro a encontrar la paz y poder saborear el néctar de ese éxtasis divino de imperturbabilidad…manteniendo la quietud y la fuerza en el medio del ojo del huracán.

Dra. Pilar Morán