No siempre tenemos respuestas o soluciones para todo.
Y generalmente, no manejamos bien la incertidumbre.
Hay muchos temores inconscientes que nos atan y bloquean.

A veces nos atenazan la angustia, la tristeza o la sinrazón.
Otras nos enredamos con cabreos potentes que nos enferman.
O también vivimos en conflictos perennes por pequeñeces.
Y con frecuencia solemos estar cansados o con poca energía.

Por otra parte, ver las noticias y las guerras por la tele produce incredulidad y desasosiego.
Nos hace pensar que la vida es muy dura, dramática e injusta.
El dolor y la muerte nos asustan un poco o más bien, bastante.

Todo ello nos lleva a sentir inseguros, vulnerables, temerosos e incapaces de salir adelante o de tener el valor que nos gustaría para hacer las cosas que queremos…
Por eso tendemos los sueños en el desván para secar las lágrimas que los ahogan… al mismo tiempo que sobrevivimos corriendo y mirando a otro lado, porque así nos entretenemos en la prisa automática del Hacer y nos desconectamos de nosotros.

Entretanto, la Vida nos sorprende, nos descoloca, nos duele, nos rompe, nos vacía, nos empacha, nos araña, nos desmonta las teorías… aunque también nos permite poder aprender de cada historia… ¡ qué Difícil a veces y qué Bonita es la Vida !

No quiere ser entendida a la perfección porque no es una ecuación para resolver.
Ella sólo anhela ser experimentada, sentida, explorada… y desea inundarnos por dentro con ese Flujo Vital que va repleto de un maremágnum de emociones, contradicciones, belleza, vileza, armonía, desorden…incluso de caos e incoherencias.
La Vida es Todo y no es lineal ni plana.

Sin embargo, a menudo, esa corriente tan viva se nos escurre por las rendijas del día a día debido a que… permanecemos emocionalmente estancados entre los miedos y los recuerdos…
Por ese motivo vivimos insatisfechos, posponiendo y esperando a que la vida que creemos merecer comience algún día… y en realidad, lo que ocurre es que… perdemos el Capital de Presente, que es único lugar donde podemos Existir.

Para disfrutar de una Vida Plena necesitamos instruirnos en el Arte de convivir en Paz dentro de nuestras cuestiones sin resolver y aún así, sentirnos tranquilos.
Ser un adulto maduro no tiene que ver con la edad, sino que significa hacerse cargo y responsable de uno mismo, es dejar de buscar afuera, es mirar hacia adentro y encontrar ahí nuestro propósito y el Sentido.
Eso aligera el peso, te ordena, te centra y te eleva del ruido.

Pilotar con incertidumbre y adversidad es casi una Maestría.
“Simplemente” tenemos que Aceptar lo que Hay, sin juicio y dejar que la Vida suceda como ES, sin resistirnos a ello.
Ahí radica la clave, es Fluir en la magia de la Aceptación.
Sólo entonces te reconcilias con la realidad y se puede, a pesar de todo, comenzar a respirar la Vida Aquí y Ahora, con Serenidad y Templanza.

 

Dra. Pilar Morán

Templando Incertezas

por Pilar Morán Viesca | Reflexiones