Una vez hace años, alguien me preguntó qué había sido lo más difícil para mí en la vida y contesté al instante sin dudar lo más mínimo: ACEPTAR…!
Aceptar no es comprender, ni perdonar, ni dejar pasar, ni mirar para otro lado y tampoco es resignarse.
Aceptar es asumir íntegramente una circunstancia que no nos gusta (e incluso nos produce rechazo visceral), algo que nos duele o daña profundamente, algo que no queremos que ocurra… y hacerlo desde la mente, el corazón y las entrañas sin ofrecer ninguna resistencia u oposición.
En muchas ocasiones nos resistimos a la vida porque no aceptamos lo que ES.
Eso nos agota, nos produce sufrimiento, estrés, rabia, dolor e incluso a veces, enfermedad….porque nos pone en referencia externa. Ahí perdemos nuestro centro de equilibrio y el poder, ese lugar desde donde somos libres de elegir nuestra actitud y decidir nuestro camino…dejando que la vida sea sin reaccionar a ella.
INGREDIENTES PARA LA ACEPTACIÓN
Amor propio Serenidad Consciencia Calma |
Referencia interna Respiración Ganas Sonrisas |
Armonía Transformación Alegría Ilusión |
TENDRÁS PROBLEMAS CON LA MASA SI AÑADES
Juicio Comparación Rabia Dolor |
Resistencia Rencor Victimismo Apego |
Culpa Expectativas Rigidez Frustración |
CÓMO SE PREPARA LA RECETA PASO A PASO
- Partimos de una base amplia de amor propio respirado en plena consciencia presente y que mire bonito la vida.
- A continuación añadimos una cantidad suficiente de calma y serenidad de la marca: “disfrutando del viaje y de estar vivos con una sonrisa perenne”.
- Después mezclamos todo ello con ganas, siempre sin perder el centro y en referencia interna, transformando y disolviendo los grumos que no nos gustan mientras observamos cómo va cuajando en armonía.
- Finalmente, de modo opcional, se pueden añadir a la mezcla unas gotas de alegría de vivir, unas pinceladas de pasión por todo y salpicar con unas chispas de ilusión permanente.
- Se mete al horno de la vida y se cuece a fuego lento durante todo el camino…es alquimia inagotable y fuente eterna de más vida y luz.
OPCIONAL A GUSTO DEL CHEF
Cuando la masa esté formada y sin dejar nunca que se enfríe, se unta a rebosar de amor incondicional porque el secreto es que ese AMOR LO-CURA TODO.
Si lo cocinas bien, el resultado es un sabor intenso a Paz, como “bocaditos de cielo en la tierra” y el olor que desprende es Aroma de Libertad porque aceptar te hará libre de tus miedos, de tus apegos, de tu dolor…y sólo entonces serás dueño de tu vida.
P.D. A veces no nos permitimos vivir porque no sabemos y no es necesario saber, sólo hay que permitirse experimentar, descubrir, creer, crear….con la pureza y entusiasmo de la mirada de un niño inocente que disfruta de todo sin cuestionarse nada y desde la más profunda ACEPTACIÓN.
Dra. Pilar Morán
Muchas gracias Pilar. Se queda en mi resonando que no es necesario saber solo retornar a la inocencia de la niñez para permitir la Vida con todas sus posibilidades…. Inabarcable con el pensamiento y el saber.