Hay personas que son Hogar, que son “rincones de amor” habitados por una eterna sonrisa de abrazo y acogida.
Mi madre era así, lumbre y luz.
Una casa no son los ladrillos, son las personas que le dan vida y brillo, que la visten de forma natural con la energía de la alegría y la ilusión.
Mi madre era así, morada y motor.
No hay mayor belleza ni más dulce poesía que una mirada tierna y unas manos abiertas irradiando el calor de su corazón, ese Sol interior que nos da fulgor.
Mi madre era así, cobijo y estrella.
Mamá, sólo puedo recordarte siempre sonriendo, con ganas, sin una queja, continuamente dispuesta, cocinando la vida con los fogones del amor y la tolerancia encendidos permanentemente, nutriendo a todos con tu sola presencia, sembrando concordia, unión y armonía.
Mamá, has sido una mujer única, (que es mucho mejor que perfecta) y… una fuente incesante de burbujas de vida.
¿Sabes? Hoy tengo un “antojito para el alma”… te cuento :
Para ti, mamá, que tanto me cocinaste, hoy cocino yo y te sirvo el café bien caliente con una “torrija de amor al aroma de vainilla y bañada en chocolate”… cocinada a fuego lento, con un fondo de ternura y al toque justo de dulce… para que envuelva el paladar sin empachar, llena de mimo y reconocimiento a toda tu labor.
Ojalá, allí donde estés, te lleguen el olor y el gusto al calor de cocina humeante, que me recuerda a nuestros “desayunos cómplices” las dos solas y tranquilas por las mañanas antes de comenzar el ritmo del mundanal ruido.
Hoy te dedico estas palabras con infinito CARIÑO,
profundo RESPETO e inmensa GRATITUD por haber nacido de ti,
por el sostén tan amoroso con que me nutriste…al mismo tiempo que me dabas espacio y libertad.
Amar es cuidar, pero también es dejar Ser.
LO SIENTO por tanto que no supe ver a tiempo.
PERDÓN por lo que no supe hacer mejor.
GRACIAS por ser la madre que has sido,
por todo lo que me has enseñado
y porque me siento una absoluta privilegiada de haber conocido esta vida a través de ti…
Me sigo descubriendo cada día en tu mirada.
Te quiero por y para siempre, mamá.
Nichi
Dra. Pilar Morán
Nunca mejor espresado