© Fotografía Pilar Morán

Desde el inicio del confinamiento pandémico sentí el impulso de retomar la pasión por escribir que tenía en la adolescencia y comencé a plasmar aquellas duras circunstancias con “palabras blancas” que siempre querían transmitir un mensaje de esperanza y de tranquilidad ante tanta incertidumbre y miedo que se vivió entonces.

“Cura a veces, trata con frecuencia, consuela siempre”.
Hipócrates

Poco a poco fui adquiriendo más confianza y cogí “carrerilla”…fue entonces cuando decidí empezar a reflexionar sobre cosas más personales, a expresar mis pensamientos, a desnudar un poquito mi alma…toda una vida escondida…
Me atreví a ser más cristalina, a mostrarme y permitir que me viesen una pizquita por dentro… con mis emociones más íntimas a la intemperie… aún a riesgo de sentirme un tanto vulnerable, cuasi transparente y tal vez, en muchas ocasiones, incomprendida… en una tentativa de hablar de temas muy profundos y delicados que me apasionan (la Muerte, el Ser, el Alma, la Consciencia, Trascender…) con frases quizá no tan sencillas…

“No avanza el río para llegar al mar, su único propósito es avanzar.
No tienes que saber a dónde vas, tú sólo camina y por sí sólo ya vendrá todo lo demás”.
Arnau de Tera

Todo este tiempo de escritura me ha aportado luz, aire, oxígeno…ha supuesto un reencuentro conmigo misma para respirar en verdad quien soy e incluso, alguna vez me he dejado acariciar por esa paz de la que siempre hablo y que ha venido tímidamente a visitarme…
A partir de ahí pude concederme dejar de tener miedo… miedo a perder, a cambiar, a mover fichas, a soltar, a enfermar, a morir, a cerrar capítulos, a abrir otras puertas que la vida me ofrecía…en definitiva, a vivir…
Logré, de esa forma, regresar a mi Esencia más Pura, habitar mis espacios más recónditos…un tanto arrinconados por la ciclogénesis cotidiana…y hasta me encontré, en ocasiones, con esa magia serena que sólo un estado interno de calma te puede aportar.
Tenemos que ponernos a prueba a veces para descubrir nuestras capacidades, aptitudes y/o recursos no desarrollados.

“El potencial humano no tiene ningún tipo de límite medible.
Puedes llegar tan lejos como tengas el valor de caminar”.
Sadhguru

En estos casi ya tres años también hubo otro tipos de textos, divertidos, emotivos, solemnes, conmemorativos… cada uno con sus matices e idiosincrasia particular, cualquiera de ellos para mi es único y especial porque…
He impregnado este blog “Compartiendo Experiencias” con una gran parte del aroma de mi alma y he depositado mucho amor, tiempo y dedicación en cada uno los escritos publicados…

Pero en la vida todo son ciclos, principios con finales, nuevos comienzos… y esta aventura, (o más bien osadía), en este momento toca a su fin…
Ha sido una experiencia muy enriquecedora e inolvidable, me hizo regresar a mis inicios de escribir poemas con apenas 16 años, a mi época de Aute, al primer gran amor…me ha llenado de vida, de ilusión y entusiasmo, pero sobre todo, estoy llena a rebosar de Gratitud.
Sin todos vosotros, que me habéis leído, acompañado y apoyado, no tendría el mismo valor ni sentido.
Por tanto, quiero expresar un profundo agradecimiento y reconocer el privilegio que tuve de haber podido compartir mis reflexiones y que su lectura le haya podido interesar, resultar útil o agradable a alguien.

A día de hoy siento la necesidad de cerrar esta etapa vital para volver a centrar toda la energía en mi camino de vida profesional, que es la Medicina, con el objetivo de ayudar a las personas a:

  • recuperar el equilibrio perdido con la enfermedad,
  • optimizar su salud psicofísica,
  • poner consciencia en su conflicto,
  • restablecer el orden interno y la armonía…

Porque para mi eso es la Salud y… porque me encanta ser un médico de la Salud.

Intento cada día que mi lema sea pensar que “sí se puede” y trabajo a diario por emitir ese mensaje en todo lo que digo o hago. De “im-posible” me sobran dos letras.

“En mi corazón, en todas mis células y en mis palabras viven de forma perenne un Sí a la Vida y a encontrar la salida en los conflictos”.

Pero, a veces, hay que tomar decisiones, hay que elegir…
Elegir también es aceptar perder otra cosa, eso es tener responsabilidad con uno mismo y ser honesto con lo que sientes.
En mi madurez profesional elijo poner el foco único en mi faceta médica y en mi naturaleza sanadora.

Me siento llena de fuerza y de ganas y, en este momento, quiero volcar toda esa energía en mi profesión porque así lo demandan los tiempos tan difíciles que vivimos.
Y si es cierto que uno se va convirtiendo un poco en lo que hace, a mi me encantaría aspirar a poder llegar un día a ser una “mujer medicina” que transmite salud, contagia vida, restaura orden, transfiere claridad, regala calma, alegría, comprensión…que vive Presente, Consciente y Sonriendo… ése es uno de mis grandes sueños…
Vivir cada momento intentando humanizar el arte de ser médico y liberándome de la cárcel de la racionalidad exclusiva.
No debemos olvidar que los pacientes son también personas con problemas… y que su dolencia a veces no es más que una necesidad de escucha, de atención y de afecto.

“Donde quiera que se ama el arte de la medicina, se ama también a la Humanidad”.
Hipócrates

Disfruté y aprendí mucho compartiendo varios de mis rincones más personales de luz, de sombras y algunos espacios muy íntimos del alma…
La idea siempre fue ir tallando emociones y vivencias difíciles con la intención de poder expresarlas con palabras bonitas… que cristalicen en otras sensaciones más acogedoras y que nos pacifiquen por dentro…

Ahora toca Despedida y Cierre…
sabiendo que los finales son comienzos…
Gracias por tanto, gracias por todo, gracias por siempre.

Dra. Pilar Morán

 

© Fotografía Pilar Morán