La Vida me ha regalado tiempo para reflexionar
y aquí estoy saboreando los pasos lentos hacia poder Ser,
envolviendo el Alma con un arrullo de pétalos y seda
para acomodar los miedos, los “no puedo” y la soledad.

Estoy aprendiendo a cambiar la impaciencia por risa,
a desvestir los relojes y los momentos de prisa,
a descubrir el encanto y la belleza en cada presente,
a sonreír siempre hasta que el corazón baile…

La Vida me enseñó a transformar la ira en Paz,
la soberbia en Humildad y la velocidad en Calma.
Me mostró que lo sutil puede ser más potente que lo fuerte
y que la piel, con una meditación serena brilla más.

También comprendí que, a veces, parar es avanzar,
que un escudo límpido de honestidad y cielo
protege más que una armadura de metal…y…
que alcanzas más lejos siendo suave, sin empujar.

Que las Ganas tienen que nacer de adentro.
Que acompasar la Vida al ritmo que suena es crucial.
Que ser querido es más bonito que ser necesario.
Que aceptar perder es ganar Salud y Libertad.

Así voy, desprendiendo trozos de mi y de ayer…
sacudiendo el polvo a oscuros rincones de dolor,
juntando todos los pedacitos rotos con hilos de oro
y avivando fuegos nuevos con rescoldos de Ilusión…

Porque un día, hace ya unas vueltas a RA, mi Piel y el Alma tal vez quisieron Más…

Dra. Pilar Morán

Entre la Piel y el Alma

por Pilar Morán Viesca | Poemario