
Estaba contemplando la vida en esta fase llamada “nueva normalidad” (donde todo es muy raro y poco normal) y se me agolpaban las ideas en la cabeza con inquietud.
Estamos viviendo un momento muy difícil, extraño, lleno de normas, restricciones, prohibiciones, desestructuración social y económica, inseguridad e incertidumbre por el futuro… y eso nos afecta tanto a nivel colectivo, como a nivel individual.
En el fondo hay miedo, mucho miedo y hay quien lo vive con enojo, otros con abatimiento, desesperación, bloqueo, enfermedad…
Tenemos que aterrizar en este nuevo suelo sin referentes intentando no perdernos a nosotros mismos en el camino y que no nos arrastre esta situación.
“Lo único permanente es el cambio». Heráclito
Es una época de reflexión y cambio que podemos aprovechar para tener un reencuentro íntimo con uno mismo y no dejarnos anclar en la tristeza y el caos.
Es un período de introspección y soledad que puede acarrear pesadumbre, vacío, rabia… y donde es muy fácil desposicionarse de lo que realmente nos estructura, que siempre está dentro de nosotros.
¿Cómo está nuestro diálogo interior?
Es fundamental la capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias, pero mucho más importante aún es preguntarnos:
¿Desde dónde estoy mirando la vida?
¿Cuál es mi posicionamiento interno auténtico?
¿En dónde respira mi verdad interior?
¿Cuál es el sentido de mi existencia?
¿Para qué me levanto por las mañanas?
La motivación debe nacer de adentro, todo lo demás son excusas, creencias, compromisos externos y obligaciones.
A veces los cambios precisan desaprendizaje, desprenderse de cosas, de personas, de hábitos… es la única forma de crecer como individuos.
El dolor y el sufrimiento son parte de la vida, lo que importa es cómo lo vives y qué te enseña.
Si todo es perfecto no hay aprendizaje ni evolución.
La vida es continua transformación, inicios y finales perfectamente enlazados si estamos dispuestos a vivir sin oposición ni resistencias, pero la mente pone barreras a lo inevitable, sólo quiere aparente estabilidad estancada.
Todo aquello que nos mueve lo sufrimos como amenaza porque nos saca de la famosa “zona de confort” y nos dejamos caer en la procrastinación, el victimismo, la queja… cortando así el flujo natural de la vida.
El cambio, el movimiento y el flujo son la manera de ser de la vida.
Todo empieza siempre con uno mismo, cuando nos hacemos responsables de nosotros. Eso nos da el poder y nos abre la puerta de la libertad, donde desarrollamos la capacidad de Elegir.
La Libertad es el oxígeno del Alma.
Uno es responsable de su propia transformación a pesar de sus miedos y su historia.
Sé la persona que te gustaría conocer
¡¡Qué íntimo es poder encontrarse con uno mismo más allá de la imagen y el rol social!!
Hay que abrirse paso a través de los miedos más profundos y oscuros y es muy importante darse cuenta de que No necesitas tiempo para ser quien eres, sólo darte el permiso de hacerlo.
La Salud no la podemos conseguir sólo con fármacos, sino que se conquista y se sostiene cuando mantenemos un estado armónico interior y un estilo de vida saludable.
Dra. Pilar Morán