El estudio del USGS, que es el más completo hasta la fecha, incluyó tanto pozos privados como fuentes de agua pública. Los científicos recolectaron muestras directamente de los grifos en 716 ubicaciones (50 estados del país), 269 de pozos privados y 447 de fuentes públicas, entre 2016 y 2021. Basándose en sus hallazgos, estiman que al menos un químico PFAS sería detectado en el 45% de las muestras de agua potable de EE.UU..

La mayor parte de la contaminación provenía de fuentes de agua cerca de áreas urbanas y en áreas que generaban PFAS, como la fabricación que utiliza los químicos en sus productos o sitios donde se recolectaba residuos. En comparación con las personas en áreas rurales, aquellas en áreas urbanas corren un mayor riesgo de exposición a las PFAS en el agua potable, según reportó Reuters.